Triunfo de prestigio para retomar la competición tras el confinamiento. En la previa del partido, Alberto Avellaneda avanzaba que cualquier posibilidad de sorpresa ante el equipo canario pasaba por rozar la perfección en dos apartados, en el saque y en el bloqueo. Y el relato del primer punto demostró que el técnico local sabía de qué hablaba. Su equipo, mermado por la inactividad de las últimas semanas y con apenas dos cambios en el banco, evitó a Patricia Llabrés con la puesta en juego del balón y con ello condicionó el proceso de elaboración de uno de los equipos más contundentes en ataque. Y cerró, además, el paso por la red aprovechando que las recepciones del rival no parecían demasiado claras y acumulaba hasta diez errores no forzados para entregar el primer set a las azules (25-19). El encuentro no había hecho más que comenzar, porque se venían curvas.
El OSACC Haro arrancó a lo grande (2-0) pero se topó de forma inminente con la respuesta del Sanaya que igualaba los dígitos con la aportación ofensiva de Lisabet Arredondo (3-3) hasta que apareció en escena Rocío Gómez para golpear a bloqueo y reabrir una brecha poco sustancial que restañaba la misma opuesta visitante para sellar con un remate lejano el último empate del parcial (7-7).
Las azules entraron mejor al duelo
A partir de ese momento, pareció tomar forma la segunda de las premisas marcadas por Avellaneda, aprovechar el desconcierto de las tinerfeñas para golpear duro, y las riojalteña comenzaron a mostrar una imagen compacta en todas las áreas de la cancha (apoyo de Clara Barceló, recepción de Hurst que bloqueo de Jocelyn Urías y De Blas, y pegada de Rocío Gómez y Marta Hurst) para marcharse en el luminoso, sobre todo con un remate diagonal, picado y sobre el piso de zona de tres de Rocío Gómez (15-11).
Al equipo canario no le quedó más remedio que solicitar tiempo para ganar oxígeno y aclarar conceptos. Pero se topó, en realidad, con un tapón de De Blas que machacó aún más las dudas del Sanaya y alimentó las aspiraciones del OSACC Haro, a pesar de la pillada con la que Silvia Araco encontraba una puerta atrás, con un toque de dedos sobre la línea de fondo (16-12).
Pero nada semejante con lo que se vino de repente encima, gracias a la contundencia de Urías y Hurst, y al regalo de Jenelle Jordan que remató seco pero a la red para situar el parcial en un contexto imposible (22-15). Un bloqueo en cuatro dejaba sentenciado el primer asalto en apenas 23 minutos de juego.
El OSACC Haro se movía demasiado fresco, a pesar de haber tenido a la plantilla encerrada en sus domicilios sin apenas poder realizar ejercicios colectivos y tocar balón. Planeaba, en fin, la incógnita a la que también hizo referencia Alberto Avellaneda al valorar esa circunstancia. De víspera era “toda una incógnita”. En el segundo set se despejó de un plumazo.
Porque bastó con que el equipo de Juan Diego García engranase un poco, acelerase el vuelo del esférico y moviese al rival para ver al Sanaya más temido. Con transiciones mucho más rápidas, Arredondo, Jean Pierre y Jordan castigaron de salida, apuntalaron un parcial 0-4 que maquilló minimamente un error en el saque de la primera y, aunque la aparición en escena de Sofía Bulgarella en la pegada y Alicia De Blas en el bloqueo (3-5), lo cierto es que esa leve reacción local quedó en fuego de artificio ante el martillo pilón en que se convirtió el cuadro de La Laguna.
Sólo Rocío Gómez pareció contener la avalancha con una defensa en zona cuatro. Pero el desarrollo de los acontecimiento no hizo sino demostrar que el punto acabaría despejándose por la vía rápida (9-22) y sólo se relajaría la violencia del golpe en los últimos instantes, en cierto modo por la relación de las canarias y también por el arranque de dignidad del cuadro de El ferial (14-25).
Fue éste último apunte el que ayudó a entender cómo el OSACC Haro, lejos de venirse abajo, reaccionó en el tercer ’round’ para tomar la iniciativa (2-0) y mantener un pulso soterrado y sostenido, controlando una mínima diferencia de uno o dos puntos su favor que, después de la polémica desatada por un remate de Arredondo que pareció dar en la red y se resolvió con un posible cuarto toque, se amplió a tres (7-4).
Lo mejor de este episodio de la historia estaba, no obstante, por llegar. Arredondo respondió a las pegadas de Hurst y De Blas con un remate central desde segunda línea (8-7) y con ello dio paso a una recuperación que se fraguó en un espectacular cruce de golpes, balones saldos al límite, fintas de nota y bombardeos a plomo, que dieron paso al equilibrio, primero (10-10), y a la remontada inicial del Sanaya Libby’s que consolidó con un misil de Jessica Wagner (11-15), imposible de defender.
Gran duelo de líberos entre Barceló y Llabrés
Rocío Gómez, determinante toda la campaña, alivió la situación con dos remates inapelables (13-15) a los que respondió, en un sorprendente duelo personal, Arredondo con tres puntos consecutivos (13-18) que forzó la petición, desde el banco jarrero, de un tiempo para ganar pausa y recuperar el álito.
No obstante, le siguió después un envío largo de Rocío, un remate de Jean Pierre desde zona cinco que pilló descolocado al bloque de casa (14-20) y una sospecha: la inactividad empezaba a minar la demostración de corajes de las jugadoras azules, que seguían aprovechando un error de Jenelle y dos bloqueos a Arredondo de Jocelyn Urías en posición de central, para seguir dentro del partido, aunque con pocas opciones, en cualquier caso (18-21).
La mexicana, cerrando el paso primero y picando una mosca suelta sobre la divisoria después, ampliaría esas posibilidades. Tanto como el remate que Arredondo llevó fuera del territorio de juego (20-21) para ver cómo Urías volvía a poner sello al remate tinerfeño para aportar, al menos, una dosis de ilusión que Marta Hurst ratificó en dos con un golpeo en paralelo sin opción de resuesta (22-23).
Sanaya Libby’s entró en fase de mareo, sorprendido por el giro teatral en el guion. Y erró en una recepción que le situaban al borde del abismo (23-22). Jocelyn, en la respuesta a un súper remate de Arredondo que amansó en pleno vuelo y un saque directo de Marta Hurst obraron lo que, después de moverse cinco puntos por debajo en el marcador, parecía poco menos que imposible (25-22). Al más alto nivel, a pesar de las circunstancias, se estuvo veintinueve minutos. Al menos uno de los tres puntos en juego, se quedaba en manos del OSACC Haro, encomiable hasta ese momento. Por delante quedaba mucha tela por cortar.
Sobre todo después de ver que el cuarto asalto venía a ser un calco del segundo y resituaba el partido en un marco de absoluto equilibrio gracias a la regeneración de Sanaya que, con Jessica Wagner de nuevo en cancha, devolvió aplomo en ataque y minaba la defensa local asestando una bofetada inicial (0-4) con un bloqueo a Bulgarella y un error en el remate de Hurst que contenía Rocío Gómez con una rectificación en el golpeo (2-5) que dio paso a otro duelo personal, por la recuperación de balones increíbles por parte de las dos líberos en juego, Patricia Llabrés en las filas canarias, Clara Barceló en las riojanas. Todo un espectáculo al que siguió un error no forzado del cuadro visitante y otra rectificación positiva de Rocío que parecían avanzar una reacción que no llegó a producirse (5-7).
Wagner se situó en las nubes, golpeó desde todos los espacios y señaló el camino a seguir a Arredondo, que se sumó al festival para sentar las bases del ‘tie break’, con la aportación puntual de Patricia Suárez (11-17 y 13-22) que condenaron el cuarto ‘set’ y condujeron al quinto.
Las azules salvaron varias bolas de partido en el ‘tie-break’
Ahí es donde más evidente se hizo el impacto del desgaste físico porque Haro entró en la reserva para afrontar un tramo de partido al que llegaban las canarias embaladas. El corazón ayudó a mantener máxima igualdad en el arranque (5-5), pero una finta de Suárez, un bloqueo a Sofía Bulgarella por parte de Jeanpierre y el vuelo estratosférico de Wagner antes del bombardeo colocaban a las azules contra las cuerdas (8-13) hasta que Rocío se echó el equipo a las espaldas y se encargó de inundar de opciones los cálculos de Avellaneda desde zona cuatro y en diagonal.
Todo ello después de que Urías frenase a Wagner en dos ocasiones. En cuatro machacó Rocío para lograr el empate sobre la campana (13-13) y salvar varios puntos de partidos que llevaron los parciales, con sumas alternativas, de uno en uno hasta el definitivo, después de intercambiarse remates, bloqueos y defensas inconmensurables de Llabrés y Barceló a partes iguales, en gran medida también por el soporte que Suárez y Arredondo daban al Sanaya, y al liderazgo de Rocío Gómez que personalizaba la rebeldía del OSACC Haro.
Después de librar siete puntos de partido, el cuadro de Avellaneda se puso a uno de la gloria y un remate cruzado de Arredondo fuera de pista se la otorgó en bandeja (22-20). Sólo podía ganar uno de los dos equipos, y lo hizo el OSACC Haro dando la campanada.