El OSACC Haro Rioja Vóley cae en el quinto set ante el CV Kiele Socuéllamos en un partido muy igualado, jugado de tú a tú y que se resolvió por pequeños detalles.
Las azules salieron en avalancha y abrieron brecha para toparse, no obstante, con la reacción de su rival que comenzaba a entrar en juego de forma progresiva y restablecía el equilibrio con un parcial de 6-6 que el cuadro de Chema Rodríguez consideraría como un punto de apoyo. Un remate en paralelo que no alcanzó a levantar Clara Barceló evidenciaba esa mejora visitante. Renata Benedito ponía a su equipo por delante (8-10), sacando máximo rendimiento al pulso que acabarían manteniendo uno y otro equipo con una brecha de apenas dos puntos.
Con todo, es cierto que el equipo de Esther López anotaba tantos de enorme valor con una colocación de espaldas de Meg Riley hacia Jessica Soares, un remate de recurso de Rocío Gómez que encontraba un hueco al fondo (15-15). También que Alicia de Blas aportaba un bloqueo contundente en la red para evitar la escapada de las azules y el ‘block-out’ de Ane Cengotitabengoa apenas servía para seguir en esa dinámica de desgaste físico (18-17) que condujo a un apasionante empate a 21.
Aunque se advertía sobre la cancha una extrema igualdad, la imagen del OSACC Haro parecía sólida. Mucho más después de la dura pegada de Ane sobre zona seis y la finta que trazó a continuación para colocar a las azules en el buen camino (23-21).
Pero el Kiele aguantó lo suyo. Pareció soportar mejor la presión y Portero comenzó a tirar del carro para reducir distancias, librar varias bolas de ‘set’ y situar el punto sobre el alambre, después de ver cómo Barceló salvaba dos balones imposibles a centímetros del suelo.
Rocío Gómez devolvió la iniciativa a las suyas, pero Portero dirigió un misil hacia los nueve metros y a Gritzbach le señalaron red cuando cazaba una mosca suelta sobre la divisoria en la última jugada del set (28-30).
El duelo, que fue eléctrico, cambió su guión en el segundo set. Porque las manchegas ganaron aplomo y se hicieron con el mando del partido, cediendo mínimamente en el primer tramo, que confirmó la solvencia de Rocío Gómez en ataque (3-5). Fue un período de tensión que no impidió, eso sí, la arrancada del cuadro visitante ante un OSACC Haro fuera de sitio, sin apenas conexión, envuelto en pleno desconcierto (6-11) y sostenido con aportaciones puntuales de Jessica Soares, que culminaba una rápida circulación del balón (9-12).
Pero fue insuficiente la acción para compensar el titubeo que resquebrajó la recepción del Haro (11-17) y afianzó la capacidad de recuperación de la segunda línea del Kiele (13-19).
Remontan las azules un 0-2 en contra
Una finta a la corta de Soares se convirtió en el último destello de las azules en el segundo set (16-21), porque Amelia Portero buscó el toque en el bloqueo y después ejecutó un saque duro que cerró el punto más insípido de la tarde (18-25). Todo lo demás fue eléctrico y apasionante.
El desarrollo del tercer set vino a confirmarlo todo. Fundamentalmente porque, como sucediera en el primer asalto, el juego se movió en clave de igualdad. Desde el principio (5-4) hasta cruzarse el meridiano (15-14), después de asistir al desorden en la recepción del Kiele y al remate desde posición de zaguero y zona seis de Rocío Gómez, y hasta del ‘block-out’ con el que Agüero mantenía en pista a sus compañeras, sin llegar a compensar en todo caso la aportación de Stephens desde el carril izquierdo.
En la siguiente, a Gritzbach le pillaron la finta con la que resolvía una colocación a la corta algo descolgada (15-14) y el duelo volvía a las andadas moviéndose con márgenes nunca superiores a los dos tantos (21-19), tras un saque directo de Cengotitabengoa, un bloqueo de Walsh, y la propia jugadora mirandesa cerraba el correcalles desde zona dos cruzando su pegada para recortar distancias en el global (25-21).
Así, el choque con el Kiele respondió a las expectativas y se convirtió en un partido de largo recorrido. Las azules asumieron entonces un cuerpo a cuerpo en el que cogieron el control del juego para moverse con una mínima ventaja de dos puntos, una vez más, afianzándose en un bloqueo y un remate posterior de Rocío Gómez, que aprovechó una colocación forzada de la estadounidense Riley (4-3).
A partir de ese momento, explosionó un cruce de golpes, interminable y espectacular (12-9) y muchas más alternativas, al advertirse en las filas del Kiele cierto agotamiento físico del que se libraba Amelia Portero en zona cuatro para contener la vía de agua (12-10). Pero su acierto sobre la red se diluía en recepción y el OSACC Haro parecía aprovechar ese filón para marcar distancias (16-10) y enfilar hacia el empate.
En el otro lado, Chema Rodríguez no acertaba a creer lo que veía; las azules que la colegiala señalase toque en un remate que superaba de sobra la altura del bloqueo y se marchaba al limbo. También que Renata Benedito y Alicia de Blas se topasen con un muro en el remate o la dejada (20-12) facilitaban mucho más las cosas, que sus errores en la selección de los ataques y en la defensa de la zona de pegada complicasen aún más las cosas, no hizo sino acelerar el desenlace de esa presunción, a pesar de la reacción de Walsh en el eje de la red y en suspensión, y el empeño de las azules en complicarse la existencia con errores no forzados. Pero Gritzbach se iba a a encargar de resolver el set (25-18) y mandar el partido a la muerte súbita.
Y el quinto set y definitivo no decepcionó para nada. Como todo el partido. El acto final se movió por los mismos derroteros de igualdad, intensidad y suspense, y se decidió por detalles después de asistir a un apasionante contragolpe entre las protagonistas. En el lado azul, Stephens creció sobremanera para golpear cruzado y en paralelo, y para cerrar el paso sobre la red; Agüero y Portero para mantener vigente las aspiraciones del Kiele con sus acciones de ‘block-out’ cuando el OSACC Haro marcaba el ritmo para contener el bombardeo local (5-5, 6-6 y 7-7), apuntando una finta a la que no llegó nadie (8-7).
El Kiele consiguió una ventaja mínima de 1-2 puntos que al final iba a ser suficiente. Y así se llegó al gorro sobre Riley y al definitivo 12-15 con el que finalizó un gran partido de voleibol.